CAntes de adquirir perros de caza a la ligera, conviene saber qué razas son más adecuadas para la modalidad del practicante. Aquí se hablará de diferentes entornos de caza en la geografía española y qué perros van mejor para buscar las piezas.

Perros de caza en el monte bajo y la llanura

Hay dos escenarios:

Monte bajo: Se recomiendan dos perros; el espagneul bretón y el braco alemán. Aunque, realmente, si el coto de monte bajo está bien delimitado, se puede emplear cualquier raza. Lo que marcará la diferencia en este terreno es la habilidad del cazador y saber soltar al perro cuando es debido.

Llanura: En este terreno se recomiendan los pointers y los setters ingleses. No es bueno practicar la caza con un perro en la llanura a primera hora de la mañana. El animal tendrá demasiada energía y esto será contraproducente. Una idea es comenzar a cazar en el monte bajo, para que el perro se mueva un poco, y luego pasar a la llanura a media tarde (cuando el animal esté más tranquilo).

¿Qué perro llevar? Depende. Si se van a dar largas caminatas por la llanura, el pointer o el setter inglés aguantarán mejor. Para pequeños movimientos, van mejor el bretón y el braco.

¿Y si se van a combinar ambos estilos de caza? Entonces, se puede apostar por los pachones y los perdigueros, que se adaptan a ambas situaciones.

Zonas de olivares, arbustos y matorrales

Considerado uno de los mejores perros de caza del mundo, se remontan a Portugal en épocas pretéritas, y

Los cotos con extensas zonas de olivares y matorrales requieren que el perro haga un trabajo más preciso y metódico. Aquí es importante que exista un gran vínculo entre el cazador y el perro, y que este tenga una gran capacidad para cobrar las piezas.

Las tres razas más aconsejables en estos cotos son los bretones, los bracosalemanes y los bracos húngaros. Cada vez más cazadores están descubriendo las habilidades de estos últimos. En los terrenos de olivares, se necesitan perros muy apegados al cazador, inteligentes y polivalentes.

Consideraciones

España ofrece una gran diversidad geográfica, climática y de vegetación. Las piezas de cacería actúan según el terreno y las circunstancias. Por eso, es complicado acertar a la primera con la raza de perro que mejor se adapta al entorno de cacería.

Aunque esta guía puede servir de ayuda para los tres terrenos más habituales de España, no es recomendable ir con ideas preconcebidas sobre las razas. Al final, el cazador tiene que escuchar su intuición recordar las experiencias que tuvo con cada perro. Los setters ingleses irán genial para buscar las liebres y becadas en las llanuras; mientras que los enérgicos bracos serán capaces de aguantar el ritmo fuerte de la cacería en el monte.

La caza es un arte que requiere práctica. Aprender a cazar con los perros requiere paciencia y experiencia.

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