El arma del cazador es la pieza fundamental en una buena jornada de caza, y de su correcto estado dependerá en gran medida el éxito a cosechar y más importante aún, la seguridad del cazador. 

El arma estará expuesta a diversos agentes atmosféricos tales como el calor, el viento, la lluvia y el frio, así como restos de barro, polvo, vegetación, etc. Todos estos elementos acabarán por deteriorar los acabados, las superficies, e incluso pueden llegar a afectar a los ajustes de la propia arma o que simplemente algún mecanismo deje de funcionar.

Por todo ello es necesario llevar a cabo un buen mantenimiento del arma, y esto dependerá en mayor parte del tipo de arma y del uso que se le dé. Su limpieza exhaustiva deberá realizarse al menos en dos ocasiones: al final de cada temporada y en caso de que haya habido algún problema con la actividad cinegética.

El arma de caza: cuidado, mantenimiento y conservación

Los cañones del arma se han de limpiar siempre comenzando por la recámara y en dirección a las bocas de fuego para no dañarlas. Se aplicará una capa de aceite disolvente para que la suciedad y restos se vayan ablandando y se vayan con la baqueta. El siguiente paso es aplicar con una punta de lana una nueva capa de aceite.

Tras limpiar el ánima se han de soltar los choques y después aplicar a las roscas de estos el mismo tratamiento que a los cañones. No es aconsejable que se guarden los cañones teniendo apretados los choques.  

Los arañazos y roces de la madera se pueden reparar con un buen reparador para muebles de madera, y la aguja percutora deberá estar descargada y perfectamente limpia.

A la hora de guardar el arma es fundamental hacerlo en un lugar seguro y seco, y siempre fuera de su funda para evitar la oxidación por culpa de la condensación.

Elementos y productos para la limpieza

Todos los productos y elementos que se usen para la limpieza ha de procurarse que sean específicos para las armas y que sean de buena calidad para no dañar el arma. Será imprescindible contar al menos con una baqueta, unos cepillos, trapos de algodón y disolventes y lubricantes.

Fauna y naturaleza: el cazador y el medio ambiente

No son pocas las ocasiones en las que se ha criticado la actividad cinegética por ciertos sectores de la sociedad alegando que es una práctica que ayuda a dañar la naturaleza y perjudicar el medio ambiente, pero en realidad esto dista mucho de la realidad.

El amante de la caza ama la naturaleza y la fauna tanto o más que su propia arma, y no es descabellado pensar que ese mismo cuidado y atención lo pone en la conservación del medio natural con el que tanto interactúa y disfruta.

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